jueves, 2 de octubre de 2008

Estado de Puebla


ESTADO DE PUEBLA

El estado de Puebla es una de las 32 entidades federativas de México. Su capital es Puebla de Zaragoza. Colinda al este con el estado de Veracruz; al poniente con los estados de Hidalgo, México, Tlaxcala y Morelos y al sur con los estados de Oaxaca y Guerrero. Puebla no tiene salida al mar, y presenta un relieve sumamente accidentado. Su superficie es de 34.251 km², en la cual viven más de cinco millones de personas, que convierten a este estado en el quinto más poblado del país. Asimismo, en la región de la Sierra Norte de Puebla (que forma parte de la Sierra Madre Oriental) es donde se concentra la mayor población de hablantes nativos de náhuatl a nivel nacional.
El estado de Puebla ha sido de gran importancia en la
historia de México. Dentro de él se han hallado los restos más antiguos del cultivo de maíz en la región de Tehuacán; fue el escenario de ciudades prehispánicas tan importantes como Cantona y Cholula. Durante la época colonial, la ciudad de Puebla llegó a ser la segunda ciudad en importancia de la Nueva España, gracias a su ubicación estratégica entre la Ciudad de México y el puerto de Veracruz. A finales del siglo XIX, el estado fue uno de los primeros en industrializarse, gracias a la introducción de telares mecánicos que favorecieron el desarrollo de las actividades textiles. A pesar de todo ello, en fechas más recientes, Puebla es uno de los estados más pobres del país. Municipios de las regiones Mixteca, de la Sierra Norte y de la Sierra Negra se han convertido en expulsores netos de población, cuyos destinos principales son la Ciudad de México, y desde hace dos décadas, los Estados Unidos.



Cultura
Patrimonio Cultural del Estado de Puebla

El estado de Puebla cuenta con una legislación de protección al patrimonio cultural de los poblanos. De acuerdo con la Ley de Fomento Cultural del Estado de Puebla, se consideran
patrimonio cultural los testimonios históricos y objetos de conocimiento que continúen la tradición histórica, social, política, urbana, arquitectónica, tecnológica, ideológica y de carácter económico de la sociedad que los ha producido.Este tipo de creaciones pueden obtener su reconocimiento como Patrimonio Cultural del Estado mediante declaratoria del Ejecutivo estatal en consulta con el Consejo Poblano de Cultura. Entre las obras que han sido declaradas Patrimonio Cultural del Estado de Puebla se encuentra el Huey Atlixcáyotl, que obtuvo ese reconocimiento en 1996.

Gastronomía

Mole con arroz a la mexicana

Chile en nogada

Tostada de tinga poblana de pollo

Dulces tradicionales de Puebla
La gastronomía poblana, producto del mestizaje que devino con la
Conquista de México por parte de los españoles, es una de las más representativas de la República Mexicana. Numerosos mitos están asociados a algunos de los platillos más conocidos de la gastronomía regional del estado, a la que se suele identificar en México con relación a dos platillos que se consideran platos nacionales del país: el mole poblano y los chiles en nogada. Sobre el mole, la leyenda dice que fue creación de sor Andrea de la Asunción, del convento de Santa Rosa en la ciudad de Puebla. Esta monja habría creado el platillo en ocasión de la visita del obispo a su congregación. En la leyenda, el nombre del plato se asocia con una expresión de admiración de una compañera de Andrea de la Asunción al ver a ésta moliendo los ingredientes afanosamente; aunque se sabe que el origen de la palabra mole es de origen náhuatl y que la mezcla de chiles secos o frescos en la confección de salsas era una práctica común en las gastronomías mesoamericanas precolombinas. A esta base de chiles, uno de los ingredientes básicos de la gastronomía mesoamericana, se sumaron las especias y los aceites llegados con los españoles, que dieron origen a los moles contemporáneos, cuya preparación de ninguna manera es exclusiva de Puebla, aunque el mole más conocido sea precisamente el poblano.
Con los chiles en nogada ocurrió algo similar que con el mole. Este plato no es otra cosa que un
chile poblano relleno de picadillo de carne de res y frutas, bañado en salsa de nueces de Castilla (el fruto del Juglans regia) y queso de cabra y espolvoreado con granos frescos de granada y hojas de perejil. La leyenda asocia la creación de este platillo con una monja del convento de Santa Mónica, también en la ciudad de Puebla. El plato habría sido confeccionado en honor de Agustín de Iturbide, en ese tiempo, emperador de México. Sin embargo, la nogada aparece en recetarios del siglo XVIII, por lo menos un siglo antes de la independencia de México, y el chile en nogada no aparecera en estos recetarios hasta mediados del siglo XIX, treinta años después de la abolición del Primer Imperio Mexicano.Más allá de estos dos platos ampliamente conocidos en México y a nivel mundial, la cocina poblana es muy variada y comparte con otras gastronomías mexicanas el mestizaje de elementos indígenas, españoles y asiáticos, producto de la historia del país. Sólo en la ciudad de Puebla es posible encontrarse con gran cantidad de platillos, desde antojitos como chalupa, cemitas, tortas, tamales de diversos estilos; hasta alta cocina internacional y bebidas tan particulares como la pasita, única de la Angelópolis. En toda Puebla, la base de la comida es el maíz, el frijol y el chile, y estos tres elementos se combinan para producir una gran cantidad de platillos, como las enfrijoladas, que se consumen en cualquier localidad poblana. Además de la capital, la cocina poblana se diversifica en cada una de sus regiones, donde incorpora características particulares dependiendo de los recursos e ingredientes disponibles. Por ejemplo, está el mole de caderas de Tehuacán, que se prepara en honor del Festival de la Matanza, en que se sacrifican los chivos de los hatos familiares. En la Mixteca, el repertorio gastronómico incorpora insectos como los cuetlas y los jumiles; cactáceas como la biznaga y la pitaya; frutos tropicales como el zapote negro; y a base de huajes se prepara el huaxmole.[80] En el centro del estado se pueden encontrar mixiotes, barbacoa y pulque; todos deudores del maguey; además, está la gran tradición de lácteos de Chipilo, donde los descendientes de los vénetos establecidos en la región continúan produciendo quesos al estilo de Italia.

Artes populares
Platos policromos de Puebla de Zaragoza

Una artesana textil en Cholula de Rivadavia
El estado de Puebla es conocido por su amplia gama de artesanías. La más emblemática es la
cerámica de Talavera, técnica en la que se realizan no sólo tibores y vajillas, sino azulejos y otros elementos de decoración arquitectónica. De este tipo de cerámica están recubiertas algunas construcciones de la capital poblana y otros pueblos (especialmente en el centro del estado), como las cúpulas de la Catedral de Puebla, el templo de Sebastián de Aparicio, la cocina del convento de Santa Rosa o la Casa de los Muñecos. San Salvador Huixcolotla, en el valle de Tepeaca, es la cuna del papel picado que se emplea como adorno en diversas festividades mexicanas, como el Día de la Independencia o el Día de Muertos.La técnica tiene su origen en la época colonial, aunque la costumbre de emplear el papel como elemento en los rituales tiene sus resabios prehispánicos. En la región de Pahuatlán se manufactura el papel amate siguiendo una técnica precolombina que se ha modificado muy poco al pasar el tiempo. Este papel amate se emplea para la representación de los espíritus de la mitología de los nahuas y otomíes de la Sierra Norte, calando los motivos en el papel.El papel amate de la Sierra Norte de Puebla se emplea en la producción artesanal de Guerrero.
También en la Sierra Norte existe una importante producción de textiles artesanales, especialmente camisas bordadas para mujer y los famosos
quexquémitl que emplean las mujeres nahuas y otomíes de la región. Estas prendas se tejen en telar de cintura mediante la técnica de brocado con hilos de lana, casi siempre de color negro y rojo. Los quexquémitl son parte central de la indumentaria de las mujeres en la sierra, y en Cuetzalan tienen un festival que gira en torno a la exhibición de estas prendas. Por otra parte, en el sur del estado se encuentra la producción alfarera de la Mixteca Poblana. La alfarería de Acatlán de Osorio e Izúcar de Matamoros se caracteriza por sus figuras elaboradas de barro casi sin decoración, aunque en la primera localidad es característico el empleo de mecates de palma para decorar ollas y otros utensilios de uso diario. En la región del centro y sureste del estado se producen figuras talladas de ónix y mármol, entre otras piedras que pueden obtenerse en los yacimientos de Tepeaca y Tecali de Herrera. La cestería es común a casi todo el estado, aunque tiene especial importancia en la Mixteca y la región de Tehuacán, donde la palma empleada en su confección crece de modo silvestre.

Festividades populares
Un volador de la Sierra Norte de Puebla
Procesión católica en Cholula de Rivadavia
Existen numerosas festividades populares en todo el territorio del estado. Al igual que en otras partes de México, en Puebla se celebran algunas fechas cívicas y religiosas de importancia en todo el país. Forman parte del calendario religioso las celebraciones decembrinas de las
Posadas y la Navidad, el festejo de Año Nuevo; los carnavales, la Cuaresma y la Semana Santa; el Día de Muertos y la celebración de la Virgen de Guadalupe. En Puebla se realizan varios carnavales, como los de Huejotzingo, Xonaca (relacionado con el Carnaval de Tlaxcala) y San Jerónimo Xayacatlán; cada uno con características muy particulares. Además de estas festividades, cada pueblo tiene sus propias fiestas dedicadas a los patronos. Sólo en el caso de la ciudad de Puebla se registran 83 festividades religiosas en distintos barrios del centro histórico, mismas que a decir de Ernesto Licona, son vividas intensamente por las personas que participan de ellas. Otras festividades patronales importantes en el estado son las que se realizan en torno a la festividad de San Francisco de Asís en Ciudad de Cuetzalan, donde se realiza la Feria del Huipil y se presentan las danzas de Quetzales, Santiagos y el Juego del Volador; o las relacionadas con San Miguel Arcángel, que en Atlixco se engalanan con la realización del Huey Atlixcáyotl, un festival donde las once regiones culturales del estado presentan cuadros de daza tradicional.
Entre las festividades cívicas que tienen lugar en el estado se encuentra desde luego la fiesta nacional de México: el
Día de la Independencia (15-16 de septiembre), en que se conmemora el aniversario del inicio de la guerra que puso fin a la dominación española del país. El Cinco de Mayo es otra festividad cívica importante, puesto que la identidad poblana está articulada en torno a la Batalla de Puebla, suceso histórico de principal relevancia en la historia oficial de México por ser el momento en que el Ejército de Oriente y los milicianos mexicanos derrotaron a los invasores franceses en 1861.

Sus lugares turisticos

Talavera Poblana
Conocida originalmente como loza blanca y azulejo de Puebla, es un trabajo de cerámica vidriada con óxido de zinc y cuyo origen es sarraceno, difundido por los árabes en diferentes lugares del mundo.
Actualmente es quizá una de las artesanías más representativas del estado y debido a lo sumamente delicado en la elaboración de las piezas, sólo quedan pocos centros de producción en la gran urbe.
Entre los productos que se elaboran destacan: vajillas, lámparas, floreros, fruteros, jarrones y maceteros, entre otros muchos objetos, principalmente decorativos.


El Parián, Mercado de Artesanías(Puebla de Zaragoza)
Se considera como el primer mercado artesanal de la ciudad y desde 1961 ocupa las instalaciones de lo que fue un antiguo mercado.
Actualmente el lugar se encuentra debidamente acondicionado y remozado, con un total de 112 locales, en los que se expenden las más variadas artesanías que se producen en las diferentes regiones del estado: talavera, (vajillas y artículos decorativos), textil (trajes regionales, vestidos, blusas, sarapes, rebozos, chales, chamarras, fajas y manteles), cuero (bolsas, portafolios, billeteras, cinturones y huaraches), cerámica (vajillas y artículos decorativos), alfarería (cazuelas, ollas, jarros, platos, tazas y floreros), madera (guitarras, máscaras, bastones y portacasetes), palma: (bolsas, tapetes, carpetas y sombreros); joyería (de plata, alpaca, pavonada y de fantasía), cobre (platos, ceniceros, charolas, jarros, vasos y pulseras).
Así también, se encuentran muñecas de cera, papel picado, vidrio soplado, papel amate de Pahuatlán, la platería de Amozoc, la prestigiada dulcería poblana y una gran cantidad de recuerdos poblanos.

Casa de los Muñecos
Se construyó en 1792. Esta construcción es una de las más peculiares del barroco novohispano y un ejemplo temprano del maravilloso uso de la talavera para decorar exteriores con temas laicos.
Casa del Alfeñique
Esta casa del siglo XVIII es una de las más interesantes de la ciudad. Debe su nombre a su abundante y fina ornamentación de argamasa blanca que se parece a los famosos dulces poblanos de azúcar llamados alfeñiques.




El Rollo en Tepeaca
El Rollo

Una construcción colonial que podemos observar en Tepeaca es el famoso Rollo: una torre de planta octagonal con una escalera de caracol por dentro. Por sus ventanas apareadas o ajimeces este edificio es catalogado como morisco.
Se le atribuye la doble función de torre de vigilancia y picota; es decir, un lugar desde el cual se hacía pública y se ejecutaba la acción de la justicia.
Tepeaca
En Tepeaca se realiza, desde los tiempos prehispánicos, un magno tianguis en el cual grandes cantidades de productos agrícolas, artesanales e industriales de la región y de mucho más lejos, se comercian los viernes.
También en Tepeaca hay dos fiestas importantes: la del Santo Niño, el 30 de abril y la de San Francisco el 4 de octubre. Ambas ofrecen la ocasión para probar los guisos tepeacanos, como el pescado en caldo de guajillo o en tinga, o las verdolagas en salsa verde de chile copi.






La Calle de los Dulces
En esta calle se hace patente para el ojo y para el gusto la gran tradición dulcera poblana, que sintetiza siglos de trabajo artesanal, creatividad doméstica y la rica imaginación conventual. Todo ello dio como resultado el dulce popular, que se caracteriza por la exquisitez de sus figuras y de su sabor.

Cuetzalan
Si la ciudad se visita en domingo, no puede dejarse de visitar el tianguis. Ese día los indígenas llegan por las brechas, cargando en sus espaldas los pesados fardos de sus productos, como el aromático café, la pimienta, los cereales, los cítricos, bordados y los tejidos de telar de cintura.
Del 15 al 25 de julio se lleva a cabo en Cuetzalan la Feria del Café, un acontecimiento que tiene lugar desde 1949 en el cual se corona a la reina, se baila y se hacen animados concursos.
Sin embargo la fiesta principal se realiza a principios de octubre cuando la población rinde homenaje a su patrono San Francisco de Asís. A este acto religioso se le ha dado un fuerte acento autóctono desde 1963, cuando se instituyó la Feria del Huipil, cuyos momentos culminantes se producen con la coronación de la reina y la ejecución de diversas danzas.













Chignahuapan
En este bello poblado, se pueden adquirir dos productos típicos: esferas navideñas y dulces de jamoncillo.
La producción de las primeras comenzó hace 3 décadas, bajo el impulso de Rafael Méndez, quien montó el primer taller con unos cuantos artesanos.
Hoy esta industria emplea a cientos de trabajadores diseminados en varios talleres, donde se hacen esferas, angelitos, campanas y otras ingeniosas figuras.
La elaboración de jamoncillos o dulces de pepita de calabaza también tienen una fama bien ganada, pero sólo concierne a un reducido grupo de personas.


Tecali
Sobre las tranquilas calles de Tecali, abundan los talleres de ónix y alabastro y las tiendas que venden sus artísticos productos.
Hay un mercado municipal de ónix y una gran tienda de artesanías a la entrada de la villa, ahí, se puede encontrar desde un pequeño cenicero hasta una chimenea de pulido alabastro, así como muchas otras artesanías de Puebla.

Tehuacán
Los sábados podemos dar un paseo por el famoso mercado de Tehuacán, donde se comercia una cantidad increíble de productos, como ajos y los bordados de Chilac; la caña y el mezcal de Calipam; el amaranto y los huauzontles de Huatlatlauca; las tunas y pitayas de Zapotitlán, los zapotes, granadas y membrillos de los alrededores, sin faltar los productos que llegan de Oaxaca y Veracruz.

Callejón de Los Sapos
Es una explanada rodeada por casas típicas virreinales. Se pueden observar una gran variedad de fachadas, haciendo gala de sus portones y balcones. En la actualidad, estas construcciones están ocupadas por bazares de antigüedades, restaurantes y animados bares.
Los domingos desde las 10 de la mañana se instala un tianguis, también de antigüedades, que se ha convertido en un paseo tradicional. En la plazuela se pueden contratar mariachis y tríos.

Colonial
Capilla del Rosario

Santo Domingo y la Capilla del Rosario
La majestuosa Capilla del Rosario data de la segunda mitad del siglo XVII y constituye uno de los mayores logros del arte barroco novohispano.
La capilla está recubierta con estuco forrado con lámina de oro de 22 quilates. Está calificada desde su fundación como una maravilla del mundo.

Iglesia de San Francisco
Está ubicada en el barrio de El Alto, la zona más antigua de la ciudad. En 1550 se empezó a construir el convento primitivo y pocos años después se edificó el gran templo que se concluyó en 1767. Tiene una preciosa fachada churrigueresca hecha a base de cantera, ladrillo y azulejo. En la Capilla de la Virgen de la Conquista yace el cuerpo incorrupto del Beato Sebastián de Aparicio, patrón de los choferes.

Iglesia de San Francisco Acatepec
Se construyó en el siglo XVII y está considerada como una obra maestra del barroco mexicano. Representa la máxima expresión del trabajo de alarifes, alfareros poblanos, quienes cubrieron magistralmente la fachada del templo con piezas de cerámica elaboradas a mano utilizando principalmente lozas de talavera.
El interior tiene una fantástica decoración de yesería que impresiona tanto por la profusión y brillantez de las formas como por la expresión de las imágenes.

Iglesia de Santa María Tonantzintla

Tonantzintla significa "Lugar de nuestra madrecita". Su construcción se inició en el siglo XVI. Es una de las joyas más ricas del barroco mexicano en su grado exuberante.
Las manos de los indígenas quienes modelaron las yeserías plasmaron en ellas su propio universo creando una iconografía mexicanista compuesta por ángeles morenos, nichos con penachos de plumas, frutas tropicales y sobre todo mazorcas de maíz.


Patio de los Azulejos
La Concordia y el Patio de los Azulejos
Frente a la plazuela de Santa Inés se encuentra un conjunto arquitectónico compuesto por la Iglesia de la Concordia, el edificio donde tenía sede su hermandad y su casa de ejercicios, famosa por su patio decorado por azulejos.
Este templo es un ejemplo del barroco poblano en su vertiente clásica, que se caracteriza por la estructura de la portada trabajada en cantera.
El Patio de los Azulejos se localiza en la Casa de Ejercicios de la hermandad, los muros de este patio se pueden considerar como los más bellos de la ciudad, se encuentran decorados con diversos diseños en los cuales la base son el azulejo y el ladrillo.





La Concepción
El monasterio de la Purísima Concepción fue fundado por monjas de la orden franciscana de México en 1593. La iglesia fue dedicada en 1617 y en el interior aún se conservan los coros alto y bajo, así como la sacristía y los confesionarios.
El convento de la Concepción ha sido clasificado como "un paraíso monjil". Ninguno tan amplio, majestuoso y rico como éste.

La Soledad
La iglesia de este convento tuvo su origen en una capilla edificada para exponer a Nuestra Señora de la Soledad en 1708.
Posteriormente, se propuso fundar ahí el convento de la Soledad en 1731, quedando el convento fundado 17 años más tarde. Destacan en su exterior la cúpula revestida de azulejos negros y blancos, y la torre, de dos cuerpos y un remate.
En el interior, el altar mayor neoclásico es obra de José Manzo. Flanqueando este altar se observan excelentes retablos barrocos del primer tercio del siglo XVIII.


Templo y Capillas Posas de San Andrés
Edificado alrededor de 1548 el templo franciscano de San Andrés es un baluarte de la arquitectura colonial por la iconografía de sus capillas posas, tallada en piedra con tal maestría que se puede afirmar que en ningún otro monumento del siglo XVI en México hay una decoración tan elaborada de escenas en relieve como en dichas capillas.



Cholula

La pirámide más grande del mundo estuvo en Cholula, Puebla. Medía 450 m por lado y alcanzaba una altura de 65 m, lo que la hacía dos veces más grande que la Pirámide del Sol, en Teotihuacan.
En efecto, todos aquellos amantes de la arqueología podrán descubrir, a unos cuantos pasos de la plaza principal de la población de Cholula, los restos de una gran plataforma, de aproximadamente 450 m por lado, la cual, de acuerdo con los arqueólogos, sirvió de base para, sobre ella, sustentar a la pirámide más grande del mundo. Probablemente dedicada a los dioses de la lluvia, esta gran mole tuvo siete varias etapas constructivas, lo que le permitió alcanzar, en su momento de mayor esplendor, un volumen dos veces mayor que el de la Pirámide del Sol, en Teotihuacan. Durante las primeras temporadas de excavación que tuvieron lugar en este sitio, los arqueólogos encontraron un fantástico mural –de 56 m de largo- en el cual se podían observar algunos personajes bebiendo pulque (una bebida ritual); una reproducción de esta pintura, junto con una gran maqueta que describe las etapas constructivas de la pirámide, se pueden admirar en el museo de sitio ubicado justo a la entrada de la zona arqueológica. En lo alto del montículo que sirviera como sustento para la construcción la gran pirámide se levanta la iglesia de la Virgen de Los Remedios, no deje de visitarla, ¡su vista panorámica lo cautivará!

Huejotzingo

Historia

Huejotzingo el lugar de "Pequeños Sauces", es un sitio geográfico determinado de México. En la región aun se observan Huejotes o Sauces, en lo que fueron las antiguas ciénegas del valle (Xochitecatl, Cacaxtla, Xoxtla). Es muy probable que de este punto surgiese el núcleo principal del antiguo Huexotzingo. El señorío o reino Huexotzinca, en la época Tolteca-Chichimeca, reside ya en las estribaciones de la sierra nevada (Iztaccihuatl) y tiene como sede principal a Chiautzinco-Coyotzinco. Después de las guerras con Tlaxcala y la dispersión de los huexotzincas, la población se ubica en las zonas defensivas de las barrancas de Nepopulco, Tianguizolco, Tianguistenco, Tlanicontla, así como Coyotzinco y Chiautzinco.
La nueva población hispánica de Huejotzingo se localiza desde
1550 alrededor del convento de San Miguel, en la región de las sementeras que disfrutaban los tlaxcaltecas. En esta región queda finalmente concatenada la sede del antiguo señorío.


Monumentos Arquitectónicos
Convento Franciscano del Siglo XVI

Portería y Capilla Posa
El exconvento de San Miguel, tiene una arquitectura de tipo colonial con subtipo plateresco, la etimología es uno de los cuatro primeros establecimientos franciscanos que se dedicaron en la Nueva España. En este templo se venera a San Miguel, patrono de Huejotzingo.

Portada del Convento
Se empezó a construir en 1526 y se terminó en 1570 por fray Juan de Alameda. Su estilo es plateresco, la dimensión del atrio es de 14,400 metros cuadrados; con planta rectangular de aproximadamente 60 metros lineales de longitud. Se describe que el patio es de grandes dimensiones, al centro hay una cruz de piedra y en sus cuatro ángulos se encuentran sus famosas capillas posas. La entrada tiene altas columnas clásicas, cuyos capiteles soportan una delgada cornisa para formar un alfiz. Está decorado por el clásico cordón franciscano y siete anagramas en griego y latín; el interior es una sola nave. En los interiores queda una muestra de pintura mural al fresco, destacando el mural fresco de los encapuchados. La entrada al convento es por la portería anexa en el costado sur de la fachada principal del templo; presenta dos amplios arcos soportados al centro por una monumental columna, en el interior conserva íntegramente todas sus dependencias.

Templo de San Diego

Detalle de la pared lateral
Tiene una arquitectura de tipo colonial. Su construcción se realizó en 1598 y 1600. Según se dice, la obra se favoreció en este lugar gracias a un pozo, que en la actualidad se encuentra en el interior. Su fachada principal presenta sillaria de cantera, en la que sobresale la portada con el vano de entrada y la ventana coral enmarcados por pilastras cornisas. Se aprecian además áculos, pináculos, roleos y un frontón recto y como remate un pedestal con la escultura de San Diego. El campanario contiene vanos arcados, pilastras y capulin con linternilla. El interior tiene planta de cruz latina, cuya cubierta alterna la bóveda de lunetos, la de pañuelo y cúpula sobre pechinas. Destacan sus retablos barrocos estofados en oro; en sus variantes barroco y churrigueresco; además grandes lienzos al óleo con temas religiosos, de los que sobresale el que representa el milagro de San Diego, que por tradición se cuenta que salvo a un niño que cayo al pozo antes mencionado. La sacristía es interesante por su techumbre artesanal.


Carnaval de Huejotzingo
Las festividades que se llevan a cabo en esta ciudad antes de la cuaresma, es el Carnaval de Huejotzingo, en el cual se ve transformada su vida cotidiana de nuestras poblaciones por la algarabía de nuestros habitantes que conforman los distintos batallones o cuadrillas ataviados con lujosos trajes, que bailan y festejan durante varios días.
En el carnaval renacen tres sucesos año con año: la lucha contra la intervención francesa en México, el rapto de la hija del corregidor y el casamiento indígena tradicional, lo que sin duda le ha dado un estilo muy peculiar al Carnaval de Huejotzingo.
No se tienen noticias de cómo se celebraba el carnaval en la colonia, solo se conoce que existían bailes de huehues o viejos cuya fecha coincidía con el periodo anterior a la cuaresma de la liturgia. Adoptaron las formas de batallones de Soldados, Zuavos, Zapadores, Jantetelcos, Zacapoaxtlas, Turcos, Indios; armados con mosquetones, sustituyendo a los antiguos huehues.
La representación del legendario Agustín Lorenzo se incorporó al mismo tiempo que los batallones. De la integración del casamiento indígena, no sabemos gran cosa pero nos inclinamos a pesar que fue muy posterior y nacido de la boda del indio Agustín Lorenzo.
Sea cual fuera el origen de la integración de las tres historias lo cierto es que generaron una enorme tradición que, con algunos cambios, perdura con mucha fuerza. Tan es así que los Huejotzingas están seguros que su Carnaval nunca morirá, pues ni siquiera en los difíciles años de la evolución cuando les fue prohibido usar mosquetones, se suspendió entonces participaron con palos.















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